Page 42 - Anuario 2021
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CARTA DESDE LA DIPUTACIÓN DE CARIDAD
Antes que nada, deseo que tanto usted, que está leyendo estas líneas,
como sus seres queridos, estén en la mejor situación posible, a pesar de las
circunstancias de incertidumbre y miedo que estamos pasando.
Ha concluido un año difícil, que nadie se esperaba y en el que he-
mos aprendido muchas cosas. Hemos aprendido a disfrutar y valorar nuestro
núcleo familiar, hemos echado de menos, hemos sabido encontrar mil y una
maneras de distraer a los más pequeños de la casa y a nosotros mismos, en
conclusión, hemos tenido que reinventarnos y de la mejor manera posible.
Al igual que todas las personas, la Hermandad también se ha reinven-
tado para poder adaptarse a las circunstancias y atender las necesidades de
cada momento.
Una de las principales cosas que hemos hecho, ha sido atender a aque-
llos que más lo necesitaban, el colectivo más vulnerable y a personas que a
causa del confinamiento domiciliario se han visto solas y sin nadie que las
atienda. Ahí ha estado nuestra misión, en ofrecer servicio para poder satis-
facer las necesidades que precisaban. Todo ello ha sido posible gracias a un
gran grupo de voluntarios de la hermandad que se han recorrido las calles de
nuestro pueblo para poder atender a todos y que a día de hoy siguen haciendo.
Desde aquí dar las gracias a todos y cada uno de ellos y alentarlos a continuar
con esta gran labor.
En momentos difíciles, es importante saber que cuentas con alguien
por si surge algún imprevisto y que mejor que poder contar con tu Herman-
dad. Para ello, otro grupo de voluntarios, en este caso compañeros de Junta
de Gobierno, realizaron llamadas a todos y cada uno de los hermanos, para
ofrecer personalmente el servicio de la Hermandad y saber si estaban bien, en
los momentos tan difíciles que estábamos pasando. Desde aquí también, dar
las gracias y enhorabuena a todos los que contribuyeron a hacer esto posible.
Mirando hacia atrás, es importante pensar en el futuro, nuestra salud,
ahora más que nunca, está en nuestras manos. Debemos ser responsables y no
olvidar a aquel que más lo necesita.
Es tiempo de llevar a cabo una de las máximas cristianas “Amar a tu
prójimo como a ti mimo”. Un simple gesto de bondad, agradecimiento o gene-
rosidad puede alegrar el día y ayudar a la persona que lo recibe, empecemos
por los que tenemos más cerca y continuemos la cadena de favores, para hacer
un poco más llevadera esta situación tan desagradable de pandemia.
Sin más, reiterar mis deseos de buena salud para todos y recordar que
la Hermandad sigue teniendo sus puertas abiertas para todas aquellas necesi-
dades que cualquier persona necesite y esté de nuestra mano solventarla.
Como decía Santa Teresa de Calcuta “A veces, sentimos que lo que ha-
cemos es solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota”.
Pilar Rocío Díaz Palma.
Diputada de Caridad.